Hace tiempo que mis duendes andan dormidos. O tal vez estén demasiado ocupados como para hacer vibrar las cuerdas de las canciones que mueven mi existencia.
Sus pequeñas cabecitas andan cavilando todas aquellas cosas propias de la mundana y estúpida existencia de la borregada que sigue el camino que marca el necio pastor. Lo cual no deja de sorprenderme, porque siempre fui partidaria de salir del rebaño cuando la situación lo precisara.
Como el niño que descubre las dulces mentiras que le llevan a la etapa adulta, me doy cuenta ahora de que este país es una soberana mierda.
Quiero una cámara reflex, una mochila y dinero para ser dueña de mi tiempo, sólo para perderme en mil lugares y en los rincones de tu existencia.
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9 comentarios:
Bentornada, ara és massa tard per a comentar-te. El deixaré madurar una mica.
ooooohhhhhh...
ALYEBARD: No cal que comentis, home...!
NAN: Muaaaaaaaaaaaaaaaks
Akroon:
Aquí estoy, más viejo y cansado.
Y a tí, veo que en mayo, no veo que te haya ido mejor.
A punto de asaltarnos diciembre, dime como estás. Dime si te comprastes la mochila. Y, sobre todo, dime si han vuelto los duendes.
Besos.
Antonio;
Fíjate que contesto en febrero... como si los días no duraran 24 horas sino 31 noches.
Me compré la mochila, la llené de sueños y esperé a ver qué salía.
Los duendes quieren asomar la cabeza, pero no sé si no les acabo de dejar. Tal vez me he oxidado...
... Y sin embargo, apuesto por una gran aventura...
Ei, però si encara ets ciber-viva :D gran alegria.
Sra. Arkoon:
El est
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