miércoles, 29 de octubre de 2008

Ajedrez

Mueves las frases como si fueran peones, caballos y rey. Las deslizas sobre el tablero como quien camina a oscuras por su casa sabiendo todos los rincones y las aristas que tiene, sin tropiezos. Es tu tablero, siempre lo ha sido.

Pruebo con el alfil, pruebo con la torre. Me adelanto. Vislumbro la victoria porque a instantes me parece saber cómo quieres proteger la reina.

Preparo mi jugada maestra, entre la excitación de saber que voy a sorprenderte y la calma que da el pensar con la mente fría. Tomo mi ficha y la muevo, controlando la impaciencia para que parezca que el aplomo es absoluto.

Mierda! Me jodiste la reina de nuevo.

¿Otra partida?

martes, 21 de octubre de 2008

Para

Para los que no saben hacer la o en un canuto.
Para los que rediseñan las calles de mi ciudad.
Para los que lloran siempre, por nenazas.
Para los que no lloran nunca, por insensibles.
Para los que a pesar de no saber, se meten.
Para los que reclaman antes de que debas.
Para los que me llaman cada día para ofertarme conexiones a internet.
Para los que no me pagan.
Para los que pretenden pagarme menos.
Para mi jodida base de datos, muerta desde hace un mes y medio.
Para los que me piropean con babas en las comisuras.
Para los que aparcan en plazas de minusválido y no lo son.
Para los que les dan de comer a las palomas de donde aparco.
Para la puta de la vieja de la puerta de al lado y su jodido canario.
Para los que me preguntan incesantemente cuándo voy a tener hijos.
Para los que tienen encefalograma plano y se creen linces.
Para los que me mandan cadenas de mierda y mala suerte.
Para los que me odian.
Para los que me obvian.
Para los que se creen mejores que yo por ciencia infusa.
Para los que creen que al gritar se vocaliza mejor.
Para los que van de listos, por tontos.
Para los que van de tontos, por listos.
Para el imbécil que me jodió el split de a.a. en lugar de arreglarlo.
Para el incompetente que va de sabio.
Para el hijoputa que se repara el coche a base de robar piezas del mío.
Para el que cree que me puede dar lecciones sin siquiera conocerme.
Para los que no recogen la mierda de su perro.
Para los que escuchan reggaetón en la finca de al lado todo el día.
Para la que siempre abre las ventanas de cristal de la puerta de la calle.
Para el informático que me estafó y creyó que no me daría cuenta.
Para los que me sonríen como una hiena.
Para los indolentes.
Para todos los que se creen poseedores de la verdad absoluta e irrefutable.

…para todos ellos, mi más sentido y profundo…

A TOMAR POR CULO!!!!

Para los demás... que tengas un buen día.

miércoles, 15 de octubre de 2008

Su-bi-dón

Bum bum bum bum bum. Palpitando.

En las sienes, en el pecho, en el estómago y un poquito más abajo (no tanto!!). Si le pongo Whole Lotta Love de fondo, la sensación roza la perfección.

Atrapada en la espiral que no sé dónde coño me lleva, aunque la verdad es que me importa bien poco. Hay veces en la vida que simplemente hay que dejarse llevar y confiar en que la marea te aleje pero te deje lo suficientemente cerca de la costa como para volver a nado.

Bum bum bum bum bum. Expectante.

Y cuando menos me lo esperaba, zas!! Touché. Este esgrima es peligroso, pero sé que puedo dar guerra. Con los cinco sentidos agudizados como gato a punto de saltar.

Bum bum bum bum bum. Bum bum bum bum bum.

Me gusta cuando palpito, cuando ansío y cuando por un momento dejo de tener ese control que siempre tengo el vicio de perseguir.

La vida sin pulsiones es una vida vacía, gris e inocua.

Bebe y emborráchate por un día. Da rienda suelta a tus pensamientos. Ilumina tus fantasías más absurdas y delirantes. Lánzate al vacío.

Hoy, palpita conmigo.

lunes, 6 de octubre de 2008

Estupidez

Pasados los treinta, a ratos involuciono hasta la adolescente del grano en mitad de la cara, que lo siente todo con la intensidad de no haber un mañana y con la curiosidad del que no sabe nada, con la urgencia del que lo quiere todo y lo quiere ahora (como decía Queen), con la euforia de la plenitud de la simple expectativa y con la ignorancia del inexperimentado.

Me descubro con el corazón latiéndome en la garganta, con el ansia del impaciente y con la premura del que no dispone de tiempo ni oportunidad.

En mitad de mi retornada adolescencia, me espoleo para quitarme las tonterías del cuerpo y las entelequias de las retinas, intentando darle racionalidad y raciocinio a aquello que sólo puede entenderse con la boca del estómago y la cabeza hueca.

Con la risa floja y la sonrisa estúpida, con la desesperación teatral y el desasosiego inmaduro, con el cambio de la exaltación a la decepción en un abrir y cerrar de ojos, me siento a observar mi edad de grano en mitad de la cara en cuerpo de mujer hecha y derecha y me digo: a veces, nena, eres de lo más gilipollas.