miércoles, 27 de agosto de 2008

Condena

Me atas una piedra al cuello que me arrastra al fondo del río.
Me encierras en una celda bajo tierra y tiras la llave al lago.
Me sometes a tu destino sin que pueda nadar a contracorriente.
Me atas las manos a la espalda y las piernas a la silla.
Me tapas la boca con un trapo empapado en vinagre para que no pueda gritar de ira.

Soy el pez recién pescado en la cesta, que se retuerce para buscar aire.
Soy la cucaracha boca arriba, que no puede darse la vuelta.
Soy el picor que no puede rascarse. Soy la llaga que no puede curarse.

Soy yo quién sufre la enfermedad, y tú quién se lleva el remedio.
Soy yo quién planta el trigo, y tú quién se come el pan de mi cosecha.
Soy yo quién cumple tu condena, y tú quién se lleva el tercer grado.

Nadie dijo que el mundo fuera justo.