lunes, 8 de junio de 2009

Calma

Sé que se acerca el período de calma. Esa calma cíclica, inerte y estéril que anestesia mis sentidos y me deja en un cómodo estado de letargo.

La montaña rusa se detiene para que reparen los vagones, revisen las vías y añadan un par de bajadas que sé que después me harán echar el hígado por la boca.

¿Y si la clausuran? ¿Qué haré sin mi montaña rusa? ¿Qué será de mí con el hígado dentro de mi cuerpo?

Me sentaré sobre la hierba, levantaré mi cara y dejaré que el sol la bañe delicadamente, como si me acariciara para decirme que la calma es buena, que sólo con ella puedo resistir los envites y el flagelo de mis ímpetus.

Acariciarás mi pelo con tu mano y me sentiré en casa. Acurrucaré mi cabeza en tu hombro y me dejaré llevar, porque sólo contigo puedo dejarme llevar sin miedo…

Oiré como ajustan los tornillos y tensan los cables, escucharé a lo lejos el ruido de la puesta a punto. Entreabrirá un ojo el pequeño gusano que vive en mi estómago. Pero cerraré mis párpados y me dormiré sobre tu pecho, que acompasa mi sueño con tus latidos y marca el ritmo de mi vida.

Pensaré que mi calma no es tan estéril y que mi montaña rusa no es tan vertiginosa. Y en ese momento tendré una clarividencia de seguridad absoluta, de completo convencimiento y de madurez sobrevenida.

Me veré en tus ojos y sabré que no necesito nada más. Sabré que no quiero nada más. Porque lo que yo ansío es el camino y no el destino. Justamente porque lo intenso de mi montaña rusa es el trayecto, no el final de la atracción de feria. Y al final del recorrido, siempre te veo a ti con la mano tendida para ayudarme a salir de la vagoneta.

Decidiré gozar de mi calma cíclica, no tan inerte y no tan estéril. Sabré que ajustarán mi montaña rusa y que será inevitable volver subirme en el vagón y chillar a cada bajada deseando que la siguiente sea más pronunciada, y mientras baje olvidaré mi sosiego y me abandonaré a la sensación de vértigo del trazado… porque sé que subo sólo para poder bajar, que monto en ella para poder salir, que grito para irremediablemente después agarrarme a tu mano con toda la fuerza de la que soy capaz.

12 comentarios:

Antonio dijo...

Como una nana dulce que invoca hermosos sueños.

Como una ola batida contra las piedras cantoras, entre mis dedos.

Como lo mejor de ti, que provoca lo mejor de ser.

Muchas gracias por estar.

Buenas noches.

Antonio.

nanyu fonseca dijo...

este post me ha sonado a una metafora total del período de la mujer. y lo de las montañas rusas es lo del sindrome pre-menstrual, que si existe, que si que si.

Alyebard dijo...

Uff, afortunada, hace que no tengo un periodo de calma... Y ha veces es muy bueno tener un momento para que todo se ajuste, para contener el grito en el fondo de la garganta, para evaluar si se sigue en la montaña rusa, arriba y abajo, o se disfruta de la mirada del otro, la que nos hace bellos y dormimos con un ojo entreabierto, que controle al huracan lejano mientras nuestra mejilla reposa en una espalda amiga y una uña nos dibuje corazones en la piel.

Alyebard dijo...

a veces, la prisa traiciona mi ortografía. Brr.

Només en el silenci, la paraula/ Només en la foscor, la llum/ Només en la mort, la vida. :P

Aristos dijo...

El trayecto de la montaña rusa es curioso. Origen y final en el mismo punto. ¿Tantos sobresaltos para no llegar a ninguna parte?

Con afecto.

Anónimo dijo...

Y el acero de los raíles se oxidará anhelante del traqueteo del vagón. De desarmará en robín rojo como las hojas que se despiden de las ramas ante la primera brisa de otoño. Porque no hay mayor engaño que el que proviene del ombligo, ni mayor mandato vital que escuchar al mismo. Porque el raíl es sólo el extremo de la compleja estructura sobre la que desciendes, con los ojos entreabiertos y las manos cerradas.
No consumas vértigos porque consumes vidas ajenas. Atesora el grito, baja del vagón acompañada de esa mano sempiterna, y acude a fijar los pernos del raíl, que ya llora por si acaso.
Has encontrado profundidad en tu escrito. Hoy reservo respuestas.

sul

Akroon dijo...

ANTONIO J.L.R.: ¿Qué puede contestarse como feedback de tal grado de poesía?

Casi prefiero sentarme a escuchar el silencio, que en este caso tiene cualquier cosa menos vacío.

Gracias a ti, por permanecer.

Un beso.

Akroon dijo...

NAN: Lo que más me duele de todo es que, vale, habiendo captado la esencia del post, ¿cómo no has hecho mención a la promoción de compresas y tampones que se halla oculta entre mis palabras?

Menos mal que hay hombres que creen en el síndrome premenstrual. Amén.
:P

Akroon dijo...

ALYEBARD x 2: Hmmmm… yo no contendría el grito... sería la ausencia de la necesidad de gritar en sí. Aunque claro, eso no quita que no se quiera gritar.

Simplemente, ahora no… luego.
Y la no necesidad de gritar es buena siempre que no se convierta en incapacidad de hacerlo… aunque claro, esa es otra historia que será contada en otra ocasión (como decía el bueno de Ende).

Esta calma es buena… aunque sé que tiene fecha de caducidad, como la tiene lo que vendrá después. De ahí que sea cíclica.

Y no te preocupes, no es cuestión de ortografía sino de lapsus linguae, por decirlo de alguna manera.

Boniques paraules…

Akroon dijo...

CRONOPIO: Querido;

¿Acaso jamás importó dónde empezaba y acababa todo? Recuerde, no sólo se llega a los sitios. También se llega a los sentidos, y ahí no hay ubicación geográfica que valga.

Con afecto también.

Akroon dijo...

SUL: Y el vagón volverá a moverse, porque justamente para eso fue construido: es su sino inevitable. ¿De qué sirve un vagón en mitad de la playa?

El ombligo siempre fue mal consejero, a no ser que fuera ombligo ajeno, que en ocasiones grita sin ser oído aspirando a la atención de los ojos que no pertenecen a su cuerpo, y que se esconde tras ropaje de vivos colores protegiendo flaquezas.

Se fijarán los pernos que haga falta, sin duda.

Yo hoy guardo silencio, cuidaré las suelas de mis zapatos.

Ak

Anónimo dijo...

...a buen entendedor...( manque tome su tiempo ;)

Paladeo tus respuestas cataplásmicas.

Acepto tu silencio hoy. Mañana, mañana,...., tic tac tic tac tic.....

sul